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¿Por qué necesito un seguro de vida?

Nadie ha quebrado por pagar su seguro de vida, sin embargo, incontables familias han quedado en la ruina por no tenerlo.

La reacción más común al escuchar: “seguro de vida”, es generalmente de rechazo o de prórroga. Nadie siente oportuno pensar en su muerte o incapacidad por lo que resulta muy fácil buscar una excusa para ni siquiera considerar tal situación: “no tengo planes de morirme todavía”, “soy joven y tengo buena salud”. Todas estas razones son producto del desconocimiento de la verdadera razón de un seguro de vida.

El seguro de vida busca garantizar la protección de las personas que tienes a tu cargo en caso fallecimiento o invalidez. Al contrario de la mayoría de los seguros que ayudan a su propietario a recuperarse de un evento que afecte directamente su economía, el seguro de vida es para beneficiar a sus seres queridos.


Básicamente, el uso y razón de un seguro de vida es sustituir en el seno familiar el producto o las facilidades económicas que aportas, como tu sueldo, trabajo, cuidados, entre otros, en caso de fallecimiento o invalidez. Si bien es posible que quien sobreviva pueda hacerse cargo de la mayoría de las necesidades, seguramente no será suficiente y al final muchas cosas terminan sacrificándose por lo que resultaría importante contar con el apoyo de un ingreso adicional.

Pero aún, si nadie depende de ti, es posible que tengas interés en dejar aquello por lo que tanto has trabajado a alguien querido o a una organización que en tu nombre pueda hacer buen uso de los capitales. Por eso, muchas personas aprovechan los beneficios de un seguro de vida para crear una herencia, y en muchos casos, hasta para poner en manos de sus beneficiarios los medios para resguardar otros legados potencialmente valiosos.

  • En resumen, un seguro de vida es un beneficio que podrías obtener para tu familia y que les permitirá lograr alguno, varios o todos de los siguientes objetivos:

  • Reemplazar el ingreso que tu produces en caso de su fallecimiento.

  • Proteger a tus seres queridos de pagar las deudas.

  • Tener fondos para los gastos inesperados de funerales o similares.

  • Asegurar el financiamiento de la educación de tus hijos.

  • Tener un instrumento financiero que le facilite ahorrar, invertir o tener un colateral para préstamos.

Piensa lo que tendría que enfrentar tu familia si tú no estás, y cómo podrías resguardarlos de esos momentos difíciles.

Conversa con tu corredor de confianza sobre las dudas que tengas al momento de asegurarte, así como en el caso de que necesites hacer algún trámite para suscribir una póliza o gestionar algún siniestro, y recuerda, nuestro cliente eres tú, no tenemos preferencia por ninguna compañía aseguradora.

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